Varios actores de la región participaron en un cortometraje en Santander sobre las aventuras de un marino real que vivió auténticas peripecias. Se trata de la historia real de Teodosio Ruiz González, alias el piloto, por su habilidad para conducir los barcos de vapor en los que sirvió como oficial durante casi veinte años. Estamos hablando de la epopeya de cruzar el Atlántico un montón de veces a lomos de barcos que ahora nos parecerían muy pocos seguros para hacer cualquier ruta corta, por lo que nos podemos imaginar el terror que se debía vivir a bordo cuando pasaran a través de un ciclón o una tormenta fuerte en alta mar.
ACTORES Y TÉCNICOS
Andrey Shamray
Grabación y edición de video en Santander
Miguel de Cervera
Autor y técnico en marketing en Internet
Aaron Deache
Actor profesional
ACTORES
Dúplex el León
Actor y culturista
Ekaterina Gorbunova
Actriz
Nacho García Álvarez
Actor y escritor
Elvis
Actor
Sin embargo, a las mejores aventuras o más pintorescas, en la vida de este personaje, vale que protagonizó en el mundo del hampa y los bajos fondos.
Un Santander del siglo XIX y los vapores
Un Santander del siglo XIX y los vapores que vivió una auténtica plaga del juego, que entonces era ilegal, así como de otros actos ilícitos que curiosamente se veían amparados y potenciados por las propias autoridades corruptas de entonces. Y es que el mundo del crimen organizado siempre ha sido muy fuerte, con una irresistible capacidad de pervertir a todo el mundo.
Duelos a muerte a machetazos en Santander
Un actor y culturista de Santander, Dúplex el León, participó también en este corto como antagonista del principal personaje, que llegó a batirse en duelos a muerte con los más brutales personajes de la delincuencia cubana de entonces. Un crimen organizado que se movía por Santander como pez en el agua. Explotando los más sucios negocios y vicios de una sociedad en la que reinaba la misma hipocresía que hoy en día, pues todos rechazamos las lacras del juego, el alcohol, las drogas, la prostitución y otros problemas sociales, pero las estadísticas están ahí para recordarnos que tales problemas existen y persisten. Y que causan un gran número de víctimas que no tienen por qué ser mortales siempre, por mucho que estos follones acaben a menudo de la forma más violenta.
En esta historia de Los cuatro naufragios del capitán se cuenta, por ejemplo, el caso de una madre de cinco hijos cuyo ludópata marido es acribillado en un ajuste de cuentas de esos submundos. Cómo se vino abajo desplomada la pobre mujer, en el portal de su edificio, al enterarse de que se había quedado viuda y, además, de esa manera, por lo que la generosidad de la ciudad de Santander impulsó una colecta para ayudarla a mantener su hogar desvalido. Y muchos más casos se cuentan en esta historia, de temas que demasiadas veces son tabú, pues se involucran lo más inocente y sagrado que tiene toda sociedad y que son nuestros pequeños. Los brutales abusos de los que eran víctimas tanto ellos como las chicas que caían en la trata de blancas y blancos, refiriéndose esta última expresión a la prostitución de chicos, la cual no es un fenómeno nuevo de nuestro siglo.
Teodosio Ruiz González fue un valiente marino que se comprometió a combatir estas lacras, pese a que él mismo era ludópata y alcohólico y, también, aquejado de una enfermedad gravísima que contrajo seguramente por su gusto excesivo por el sexo con multitud de mujeres. Y es que hablamos de una época en la que no existía apenas protección para estas cosas, aunque la gente sabía ya perfectamente los problemas que acarreaban todos estos excesos.
Grabado por un videógrafo de Santander: Andrei Shamray
El reparto del corto, grabado y editado por el videógrafo de Santander, Andrei Shamray, fue de la siguiente manera.
Aaron Deache hacía de Teodosio Ruiz, un personaje que le quedaba como un guante, ya que Aaron es un gran atleta que practica artes marciales como hacía este marino en sus tiempos.
Ekaterina Gorbunova hacía de la novia de Teodosio, malograda historia de amor dadas las características de macho alfa del personaje.
El culturista de Santander, Dúplex el León, interpretaba a un peligroso integrante de la secta afrocubana de los ñañigos. Acompañado por otro actor novel como es Elvis, que interpretaba a sí mismo a otro matón de esta secta criminal que causó el terror en el Caribe. Actuó en compañía de Elvis, también de origen camerunés, como eran muchos de los integrantes de esta peligrosa secta cubana.
Nacho García Álvarez, autor de libros tan conocidos como el Círculo Desnudo, interpretaba al personaje de José del Río Sáinz, alias Pick. Otro escritor de nuestra ciudad y periodista que fue muy conocido por sus crónicas del mar y de los puertos, siendo él también marino.
Y, por último, el propio autor del libro, que también colabora mucho con rutasyparadores.com, personificaba a un amigo íntimo del héroe protagonista.
Un cortometraje en el que queremos agradecer mucho la colaboración del bar restaurante La Casa del indiano, en el Mercado del Este de Santander, siendo otro escenario de grabación el Museo Oceanográfico y Marítimo de Santander.
Algunos anécdotas curiosas de Los cuatro naufragios del Capitán
Sería difícil resumir aquí tantas vivencias de un personaje que fue definido por José del río Sáinz, alias Pick, como el hombre más bravo y más fuerte que hubiera habido nunca en este puerto a juicio del pueblo de Santander. Y, de hecho, demostró su hombría de sobrado en muchas anécdotas curiosas que se cuentan en Los cuatro naufragios del Capitán. Una historia que es más que novela histórica, ya que está basado en hechos reales y muchos personajes anónimos que han vuelto a la vida gracias a la pluma de Miguel de Cervera, que los ha rescatado de un injusto ostracismo.
Vidas anónimas como la de un condenado a muerte de Bilbao que al ver que no tenía conmutación de su pena mañana y que era su última noche, al preguntarle sus carceleros por su último deseo, respondió:
Puesto que no hay solución, tráiganme carne y vino.
Y esos mendigos y delincuentes de baja estofa que fueron sistemáticamente maltratados y apaleados por la corrupta Policía Local de Santander del siglo XIX, incluso con látigos y porras de madera capaces de romper huesos. Todo ello mientras estos mismos agentes se dedicaban a vigilar el cumplimiento de las leyes del hampa, más que las del legítimo Derecho, puesto que se dedicaban por entero a la explotación de los peores robos, prostitución forzada y otros delitos relacionados con el alcohol o el juego ilegal.
Para esto y mucho más podéis adquirir esta obra en este correo, dedicada por el autor: miguelrcervera@gmail.com.
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