Sitios que ver de la Guerra Civil en Cantabria

El conflicto más importante que ha habido en España desde la guerra de los franceses ha sido la guerra civil del 36. Una contienda muy sangrienta que fue el primer episodio de la Segunda Guerra Mundial en Europa, pero que durante muchos años ha permanecido como un tema tabú que generaba malos recuerdos en los españoles que lo vivieron. Sin embargo, el paso del tiempo y la curiosidad histórica ha hecho que mucha gente actual quiera conocer los pormenores de una guerra que tuvo en vilo al mundo entero.

La guerra civil del 36 tuvo uno de sus escenarios estratégicos principales en nuestra región por su importancia como zona industrial y de puertos, pero también por encontrarse en el límite con los principales frentes de combate del norte durante toda la guerra. Los históricos de la guerra civil en Cantabria bastante numerosos y os los queremos contar aquí.

Refugio antiaéreo de Santander

En realidad, existen varios refugios antiaéreos en Santander, diseñados también para evitar los daños en las personas producidas desde los barcos de la escuadra de Franco. Sin embargo, el más conocido y que se puede visitar se encuentra en el centro mismo de la capital de la región, construido para liberar a los civiles y combatientes de los sorpresivos ataques aéreos.

Hay que recordar que la guerra civil española fue de los primeros conflictos en los que se llevaron a cabo bombardeos masivos aéreos contra ciudades. Y aunque los de Guernica han sido los más famosos, en realidad hubo muchos más y por ambos bandos.

Búnkers en las playas de Santander

La obsesión del mando gubernamental por un potencial ataque desde el mar, con desembarco de tropas, queda demostrada por el gran uso de búnkers que podemos encontrar en la propia capital montañesa. Inclusive en las playas del Sardinero es posible ver estos reductos, que nos pueden recordar a Normandía. Y el temor era justificado: una operación de este estilo había tenido lugar un éxito en Mallorca y la flota de Franco amenazaba constantemente toda la costa del Cantábrico, con varios barcos, de gran poder de fuego, uno de los cuales se fue a pique frente a las costas de Santander.

Búnkers en los montes de la Picota, entre Liencres y Mortera

Uno de los principales rastros que dejaron la guerra civil son los bunkers y refugios antiaéreos, de los cuales hay muchas muestras por toda la geografía de la región.

En el caso de estos montes que separan Mortera de las playas de Liencres, conocidos por el surf, los búnkers vigilaban la posible aproximación de tropas desembarcadas y por eso están orientados hacia la zona de los arenales y la desembocadura del Pas. Un escenario de película en el que mucha gente se hace fotos y sobre el cual pasan constantemente los aviones. También es una pequeña reserva de aves rapaces.

Los búnkers se encuentran bastante bien conservados y mantienen sus caminos de comunicación entre ellos, aunque nunca participaron directamente en ningún conflicto puesto que la invasión vino del mar nunca.

Búnker en Montehano, cerca de Santoña

Es uno de los montes más emblemáticos de toda la región y domina el paisaje de Santoña desde la zona próxima a Gama y Escalante. En su ladera poblada de árboles y sobre todo de eucaliptos, perjudicada por la cantera que la dejó marcada hace tantos años, se sitúa otro de estos búnkers de la guerra civil del 36. En un estado de conservación perfecto, tampoco fue utilizado para el conflicto, puesto que las tropas del ejercito de Euskadi se rendieron aquí al lado cuando todo ese frente se vino abajo. Y los combates más duros tuvieron lugar en las montañas del sur de la región, en lo que se conoció como la Batalla de Santander.

Como dato curioso, en el monasterio capuchino que está a los pies de este monte se encuentra enterrada la madre de Don Juan de Austria, Bárbara Blomberg , la amante principal de Carlos V de Alemania.

Cementerio de los Italianos en Corconte

Recomendamos especialmente a los turistas interesados ​​en el conflicto que visiten la pirámide de los italianos, situada en un monte junto a la carretera que pasa por la localidad de Corconte.

Sí, señores, han leído bien: pirámide. Un monumento lleno de misterio que tiene muchas más implicaciones de lo que parece, pues entre otras cosas parece demostrar el lado más ocultista de Franco. Y refuerza esa tesis muy verosímil de que en el Valle de los Caídos, en realidad, lo que él quería hacer era una pirámide y no una cruz. Una pirámide gigante que hubiera asombrado al mundo, pero que no se llevó a cabo por la propia voluntad de Franco. Está muy bien el proyecto, le dijo a su arquitecto, pero no podemos hacerlo porque nadie lo entendería. Y así fue que hicieron la cruz gigante que todos conocemos y que es tan polémica.

La pirámide de los italianos se encuentra en un estado de conservación pésimo, por desgracia, pues es un monumento impresionante que nadie se espera encontrar en medio de la nada. Y hay muchos misterios por desentrañar. ¿Qué significa la M gigante que corona la puerta de este panteón piramidal? Mucho se ha especulado con el tema y las posibilidades principales son Mussolini y masonería, pero nadie sabe asegurarlo al 100%.

Hace mucho tiempo que las tumbas de los italianos no albergan ningún cuerpo, pues los familiares de los caídos se lo llevaron después de un aparato o accidente de autobús por las complicadas carreteras de esta zona.

Monumento a la Columna del Águila en el Páramo de Masa

En realidad, existen varios componentes muy interesantes de los combates librados en esta región montañesa en el límite con Burgos. Inclusive un águila de piedra que conmemora y recuerda a los combatientes del ejército de franco que aparecieron aquí a mansalva en un ataque que salió mal. Resulta que estaban avanzando por esta zona de páramos, protegidos por la niebla, cuando de ésta pronto se hundió y dejó al descubierto su avanzadilla, con frecuencia una lluvia de fuego de mortero y ametralladora qué diezmó a los atacantes. Eran tropas pertenecientes a lo que se conocía como la columna Sagardía, que operaba en esta zona hasta la caída total del frente del norte y la toma de Santander.

Más sitios de la Guerra Civil Española en Cantabria para visitar

Esperemos que este pequeño recorrido cultural, que registre la provincia desde las montañas hasta el mar, os haya resultado interesante. Hay muchos más sitios de la Guerra Civil Española en Cantabria para visitar , pero ésta es una buena muestra de lo más representativo. Y recalcar la importancia de todo este frente que vamos a poder visitar, demostrada por el esfuerzo que ambos bandos pusieron en la toma y defensa de Santander y toda la región. Tanto fue así que la primera gran batalla que hubo en Europa al estilo de la Segunda Guerra Mundial, que fue la de Brunete, fue una distracción del Gobierno de Madrid para distraer fuerzas del ejército de Franco en el norte e impedir la caída de todo este frente.

Hace casi un siglo se libró, en las montañas que rodean Cantabria por el sur, una de las batallas más decisivas de la guerra civil española: la Batalla de Santander, que acabó en el decisivo verano de 1937. Tal vez la más fundamental batalla de todo el conflicto, pues con ella se decidió prácticamente la suerte de todo el frente del Norte, con unas consecuencias catastróficas para el Gobierno de Madrid, mientras que las fuerzas de Franco se cobraban el mayor éxito de toda la guerra. Y ahora podemos contemplar los restos de aquella epopeya con cierta prisa, ya que se están destruyendo muchos monumentos curiosos de este periodo, inclusive la famosa pirámide del cementerio de los italianos de Corconte.

La única pirámide de toda España

¿Sabías que hay una pirámide en Burgos, la única pirámide de toda España, que fue el cementerio de muchísimos italianos que murieron en la batalla de Santander?

El monumento se enclava en una de las zonas de mayor importancia estratégica para el control de todo el norte de España, puesto que las montañas de Burgos y Palencia son entradas naturales para el acceso a la región Cantábrica. Es por ello que en esta área extensa y montañosa se han librado algunas de las batallas más decisivas de la historia de España, desde tiempos inmemoriales, puesto que todas las invasiones que han venido desde el sur hasta la cornisa cantábrica han pasado por aquí. Y han tenido que vencer la resistencia de los defensores de estas fortificaciones naturales que son las cumbres de la Cordillera Cantábrica.

Cómo estaban las cosas en la Cantabria de la guerra civil española

Es curioso cómo se repiten los escenarios bélicos, debido a la importancia de ciertos lugares estratégicos como los que os vamos a señalar aquí. Pero antes de nada queremos centrar el tema y contar cómo estaban las cosas en la Cantabria de la guerra civil española.

Lo primero de todo, hay que señalar que estamos ante una región muy conservadora, donde se esperaba que cualquier movimiento respaldado por el núcleo más duro del Ejército, la Iglesia y las derechas sería respaldado de inmediato, pero también había una gran población de obreros que simpatizaban en gran parte con las ideas más revolucionarias. Y esto, unido a la ubicación de la región entre Asturias y Vizcaya, donde no había prácticamente ninguna posibilidad de que se siguiera la sublevación del treinta y seis, hizo que dicho alzamiento popular y militar fracasara en la provincia.

La caída del frente del Norte en la Guerra Civil fue la crónica de una muerte anunciada

A partir de entonces, la heterogénea autoridad política y militar del frente del Norte protagonizó una corta y desgraciada aventura, que no había de durar más de un año y pico, todo ello mientras empezaba a desintegrarse desde el principio ante el empuje de las fuerzas de Franco. La caída del frente del Norte en la Guerra Civil fue la crónica de una muerte anunciada en la cual hay varios factores que explican el desastre de unos y el triunfo absoluto de otros. Nunca en ningún otro frente consiguieron, las tropas nacionales, un éxito más rotundo y la rendición de tantísimos batallones heterogéneos como formaban ese ejército del Norte.

El Ejército del Norte en Cantabria

Sin embargo, lo primero que habría que preguntarse es si alguna vez hubo Ejército del Norte como tal, ya que eran unidades variopintas que funcionaban de manera muy independiente unas de otras y, además, alejados de la gran masa de fuerzas leales a Madrid que había en el resto del país. Porque el Ejército Nacional tenía tomada una amplia zona entre la capital y la Montaña Palentina y burgalesa donde estaba el frente del Norte en la guerra civil en Cantabria. Y lo mismo sucedía territorio vasco y asturiano que se encontraba igualmente aislado del resto del país, totalmente rodeados por las fuerzas del cercano gobierno de Burgos, donde Franco instaló su capital permanente durante la Guerra. Básicamente, se trataba de un frente aislado en el que resultaba muy difícil recibir ayuda directa del resto de territorio controlado por Madrid. De hecho, el control político se ejercía de forma local por los gobiernos locales de esas provincias, lo que se traducía en la práctica en una gran anarquía, ya que un frente tan extenso no podía ser dirigido por autoridades pequeños ejércitos aislados del resto de España y también entre sí.

La confusión y la de su unión fue la tónica dominante en el llamado Ejército del Norte de la Segunda República, independientemente del valor o la profesionalidad que pudieran derrochar muchos de sus integrantes. Así no se puede ganar una guerra y era imposible que se pudieran defender de la ofensiva de las tropas de Franco, que contaban con un mando unificado y mucha más moral de victoria.

¿Quién tuvo la culpa del desastre del Ejército del Norte en la guerra civil?

¿Quién tuvo la culpa del desastre del Ejército del Norte en la guerra civil? Desde luego, cuando una comunidad humana tan grande fracasa no es por culpa de uno solo, pero el pobre soldado de infantería de cualquiera de estas unidades no tuvo tanta responsabilidad. Sencillamente, estaban mal conducidos y faltó liderazgo efectivo en las más altas instancias políticas y militares. Para empezar, los soldados asturianos o cántabros no estaban de acuerdo con dividir España en varias naciones, como sí buscaba hacer el ejército independiente de Euskadi. Y eso era una diferencia muy grande que no tenían en el ejército franquista, que los denominadores comunes pesaron más que las rencillas entre ellos mismos.

Una vez que la ofensiva de Brunete fracasó, la verdad, el frente del Norte no tenía salvación posible para sus defensores, que carecían de capacidad operativa para emprender ofensivas por su cuenta o realizar siquiera una defensa efectiva frente a un ataque masivo y profesional.

Los graves problemas del Ejército del Norte en la guerra civil

Para que nos hagamos una idea de los graves problemas que aquejaban a este Ejército del Norte, en la guerra civil, podríamos comentar que el lehendakari de entonces mantenía un divorcio constante con el general Llano de la Encomienda, que era el jefe de todas las fuerzas del Norte. Y cuando llegó un sustituto con el que se llevaba mejor, Gamir Ulibarri, Bilbao ya estaba prácticamente perdida y la moral de esas fuerzas se encontraba por los suelos. Hasta tal punto que los batallones nacionalistas vascos se negaban a seguir combatiendo por Cantabria o Asturias y poco después se rendían separadamente al resto de las fuerzas. Nunca hubo buena sintonía con el resto de batallones de provincias que no eran nacionalistas precisamente.

Como símbolo de lo que es un chivo expiatorio de todo esto, porque siempre tiene que haberlo, este último general fue responsabilizado en gran medida del derrumbe sin paliativos que sufrió el Ejército del Norte y nunca más volvió a tener un puesto de mando en toda la guerra, pero al menos pudo volver a su país para morir aquí igual que Vicente Rojo.

Y a todo esto se unía la falta constante de armamento moderno que necesitaban, en ese ejército del norte de la guerra civil, para seguir combatiendo contra el ejército nacional que los rodeaba. Un enemigo más organizado, que concentró su poder de fuego y a sus mejores unidades para acabar cuanto antes con ese foco de resistencia que protegía uno de los sectores más industriales y con mejores puertos de todo el país.

Todo esto es lo que se puede decir es el punto de vista militar. Con respecto a la represión de uno y otro bando, contra sus indefensos enemigos internos, remitimos a los visitantes a los muchísimos testimonios fotográfico y escritos que existen y monumentos. Lamentablemente, se van a perder algunos de esos monumentos tan curiosos, que nos recuerdan las batallas que tuvieron lugar en las montañas que limitan con Burgos y Palencia, aunque quedarán siempre los restos de las infraestructuras defensivas y esos paisajes salvajes donde se libraron tales combates.

Falta de material bélico moderno en los batallones de los defensores del frente del Norte

Es muy probable que las mejores Fuerzas de todo este frente del Norte fueran constituidas por los mineros asturianos, que formaban un colectivo enorme y muy determinado, además con experiencia de combate en la sangrienta revolución de Asturias. Un episodio bélico en el que demostraron que podían poner en jaque a todo un Estado sin más ayuda que ellos mismos, luchando incluso contra fuerzas de élite como eran los legionarios y regulares.

La falta de material bélico moderno en los batallones de los defensores del frente del Norte se notaba especialmente en la falta de tanques, de los que sí disponían en otros ejércitos gubernamentales, en gran cantidad y con la mejor calidad de su tiempo. De hecho, los propios obreros construyeron tanques artesanales a base de blindar camiones, pero eran demasiado lentos para ser efectivos en batallas tan brutales como las de la guerra civil.

Por otro lado, tampoco hay que pensar las fuerzas nacionales tenían los Panzer que hemos visto en las películas tantas veces. Ni muchísimo menos. Las tanquetas italianas han saldo fueron los medios de lucha más lo importante es con que contaron los infantes de ese ejército y eso no podía ser tan decisivo. Los combates en el frente del norte de la guerra civil se decidieron en un feroz cuerpo a cuerpo, en un ambiente áspero de montaña y con la ayuda indispensable de artillería y aviación.

Las mejores unidades del Ejército de Franco participaron en la batalla de Santander

Los mejores unidades del Ejército de Franco participaron en la batalla de Santander: estamos hablando de las tropas de choque constituidas por las brigadas de Navarra, que eran los verdaderos espartanos del Norte, además de las mejores fuerzas del Sur: legionarios y regulares. Las brigadas de Navarra eran soldados especialmente católicos y con una tradición muy antigua de luchar en las guerras carlistas. Por su parte, las famosas tropas de África estaban constituidas por marroquíes, que eran los regulares y las harkas tribales, así como por el Tercio de Extranjeros o legionarios. Una infantería muy profesional y determinada que causaba el terror en los asaltos que llevaban a cabo, en especial contra fuerzas de reclutas que no estaban acostumbrados a su elevado nivel de organización y violencia.

Sitios para recorrer los campos de batalla de la Guerra Civil en Cantabria

SITIOS PARA COMER EN SANTANDER Y CANTABRIA
  • Hotel Camargo en Bezana

SITIOS PARA DORMIR EN SANTANDER Y CANTABRIA
  • Hotel Camargo en Bezana

GUIDE / INSTRUCTIONS
  • Refugios antiaéreos y bunkers en Santander
  • Bunkers interconectados en La Picota, en Mortera.
  • Pirámide y Monumento a la Columna del Águila en la Carretera de Burgos (DERRIBO INMINENTE).

  • Fortificaciones importantes en Sargentes de Lora, que fue zona de combate.
  • Escenarios de combates en Monte Bernorio.

  • Refugios en cuevas de Matienzo de emboscados o maquis: zona de combate.

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